En el mundo de los juguetes sigue siendo habitual la presencia de productos y publicidades dirigidos de forma específica y diferenciada a niños y niñas. Ideas como que el color rosa es de niñas y el color azul es de niños son afirmaciones peligrosas por su influencia en la consolidación de estereotipos y roles de género desde la infancia.
Los juguetes considerados sexistas son aquellos juguetes que reproducen y perpetúan estereotipos de género: la niñas deber ser tranquilas, presumidas y dedicarse a los cuidados y las tareas de la casa, mientras que los niños deben ser fuertes y competitivos. No se trata tanto del juego o juguete en sí, como la elección estereotipada del destinatario del mismo.
En esta dualidad, los juguetes dedicados a niñas tiene que ver con la belleza, la dulzura, el cuidado y las tareas domésticas: muñecas y sus vestidos, cocinitas, bebés, maquillajes. Por su parte, los juguetes pensados para niños están relacionados con el deporte, la acción, los medios de transporte, la construcción, la competencia y la violencia, con la consecuencia que esto tiene en el desarrollo de niñas y niños.
No hay que olvidar que los juguetes y espacios de juego, como recursos educativos, tienen un papel muy destacado en la socialización de las niñas y los niños, especialmente en los primeros años de vida, y representan instrumentos muy valiosos para su desarrollo cognitivo y social. La elección de juguetes y espacios de juego determinarán la construcción de la identidad de niñas y niños y, por tanto, la manera en la que interpretarán el mundo y las relaciones.
¿Cuáles son las consecuencias de los estereotipos de género en los juguetes?
1. Promueven la discriminación, replicando la desigualdad
“Lo femenino” se presenta como débil, inferior o poco relevante. Por esto es muy común que los niños rechacen juegos y juguetes clásicamente “de niña”. Los juegos “de niño” no sufren este juicio peyorativo, pero aún así, si a una niña le gusta jugar al fútbol o con coches, puede ser calificada como “demasiado masculina”.
2. Alejan a los niños y niñas de sus verdaderos intereses
Si en el entorno que rodea a niños y niñas son habituales los estereotipos de género rígidos, cualquier actitud espontánea por su parte que se aleje de “lo esperado” (una niña corriendo en el barro ensuciando su ropa o un niño peinando a un muñeco, por ejemplo) es sancionada. De esta manera, se entorpece la autenticidad del juego; además de que se generan presiones en chicos y chicas, lo que puede generar problemas emocionales en los mismos.
3. Se limitan las oportunidades de desarrollo
Cada tipo de juego estimula diferentes tipos de habilidades, y prepara para diferentes situaciones del futuro. Independientemente de si se es niño o niña, es importante tener oportunidad para acceder a una amplia variedad de juegos.
Con el uso sexista que se hace de los juguetes se determina la forma en la que las niñas y niños construyen su identidad y los roles para los que se consideran aptos. Así, los juguetes de construcciones y bloques con los que se desarrollan habilidades espaciales y matemáticas tempranas pueden influir en la elección de sus estudios, condicionando sus opciones profesionales y manteniendo una división segregada de los trabajos. Por otro lado, los juguetes simbólicos sobre actividades domésticas y muñecos contribuyen a desarrollar la inteligencia emocional y la responsabilidad en los cuidados, favoreciendo las relaciones interpersonales y la corresponsabilidad.
¿Qué son los juguetes libres de género ?
Se trata de juguetes clasificados según su temática, sin hacer distinción entre productos para niñas y para niños. Entendiendo que jugar es una actividad universal que trasciende categorías de género.
La idea de fondo es que los propios chicos y chicas puedan elegir con qué quieren jugar, sin que ninguna publicidad o limite sus intereses. Se trata, pues, de que tanto niños como niñas accedan a todo tipo de juguetes. De este modo, se amplia tanto su desarrollo como su gama de oportunidades en el futuro.
En esta línea, por ejemplo, existen campañas para liberar a los juguetes de sus restricciones de género, y que promueven que tanto fabricantes como tiendas sean neutrales tanto en la disposición de los juguetes como en su presentación y empaquetado.